La sala de actos del hogar de Avenida Benjamín Aráoz al 900, fue el escenario del concierto que le cambió el ritmo a la mañana de la institución. Aprovechando que el calor había dado una pequeña tregua, se cerraron las ventanas para controlar el sonido ambiente, se distribuyeron sillas plásticas a lo largo de la sala y la banda integrada por Claudio Luna, Daniela Vilardi, Florentina Agudo, Juan Pablo Vázquez, Milagro Chaves Vilardi y Jorgelina Acosta desplegó un repertorio a base de instrumentos de viento de madera que mezclaba lo popular con lo clásico, para deleite de los más de 30 niños, jóvenes y adultos que presenciaron la función. Cada vez que se terminaba un tema Daniela Vilardi tomaba la palabra y explicaba nombre y autor de la melodía, y algunas características de los oboes, flautas y clarinetes utilizados. Vilardi dijo para ANITA, en relación al objetivo de la propuesta que “es un placer traer y acercarles un repertorio fácil de escuchar, que no sea complicado para los chicos. Nos parecía lindo y una buena manera de introducirlos a un mundo apasionante. Estos chicos lo pueden valorar mucho, queremos acercar la música a la gente, formar públicos en todos los ámbitos, eso es muy importante”.
“Aragonesa”, “Habanera” de la Suite “Carmen” de Georges Bizet, “The Baby Elephant Walk” de Henry Mancini, “Marcha Para El Funeral de una Marioneta”, de Gounod, “El Oboe de Gabriel” de Enio Morricone, “Hey Jude” y “Eleanor Rigby”, de Lennon y Mc Cartney, fueron algunos de los temas del concierto que endulzó la mañana veraniega.
Cuando se ejecutaban las últimas melodías, los músicos le pidieron al público que se levantaran de las sillas y se pongan a bailar. Fue un momento especial de la jornada. Los más chicos saltaron desde sus lugares y ocuparon el centro de la escena, al ritmo de La Lambada que sonaba desde los clarinetes. En ese instante comenzaron con las pruebas de saltos, piruetas y contorsiones. En un momento parecía que una banda de hip hop infantil hubiera sido convocada para acompañar la música. Cuatro niños se adelantaban y retrocedían, daban saltos y vuelcos aéreos, cruzaban con un pasamanos por sobre la cabeza del compañero, iban y venían. La gente los miraba a ellos y los músicos eran los encargados de ponerle marco al espectáculo paralelo. Otros, como Rodrigo, imitaban los movimientos del músico tocando el oboe, con las dos manos al frente desplegándose por el cuerpo imaginario del instrumento de madera.
Juan Pablo Vázquez declaró que “tenemos un grupo muy lindo de maderas que hoy trajimos. Nos gusta mucho difundir lo que hacemos, hoy los niños pudieron escuchar música que no se escucha tanto y a pesar de que nos gritaban que hiciéramos temas de Los Wachiturros, lo disfrutaron, se notó eso. Por otra parte nos resulta interesante que temas que sí conocen (los niños) sean ejecutados con instrumentos que no conocen tanto o que no los tienen muy presentes en sus vidas cotidianas. Ahí lo que se genera es la posibilidad de escuchar nuevos sonidos. Muy lindo verlos bailar y hacer piruetas mientras nosotros tocamos. Ellos tienen la posibilidad de escuchar y acercarse a orquestas de escuelas donde se aprenden instrumentos alternativos, como los de madera, están las puertas abiertas para eso”.
Consultada Graciela Yacuzzi, coordinadora del programa Amachay, que promueve de manera integral la protección de niños, niñas y adolescentes expuso para ANITA que “se busca que los chicos puedan vivenciar una actividad ligada a lo expresivo, como un taller didáctico que pueda motivarlos y engancharlos desde algún lugar al mundo musical. Ellos ya tienen ciertas cualidades, conocimientos y expresiones que ya se encuentran con la música y los instrumentos y se ponen en juego. La idea es impulsar más ese disparador para que se despierte un interés compatible con esa actividad que ellos puedan sostener en el tiempo. Ellos pueden disfrutar y gozar de los mismos derechos que cualquier otro niño. Así que esto es una puesta en práctica del ejercicio de sus derechos”. Luego se refirió a Amachay y dijo que “nosotros trabajamos con niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad social, dada por la prolongada situación de calle, o con niños que sufrieron abandono o semi abandono. Abordamos la problemática desde lo promocional y lo asistencial para poder contener a estos chicos y para armar junto con sus familias nuevos proyectos de vida. Hoy muchos de los chicos se pusieron el espectáculo al hombro y salieron del rol de espectadores para ser ellos mismos los que improvisaron y generaron nuevos acontecimientos bailando hip hop en medio de la sala. Es común que pase eso”.
Gustavo Morales, operador de Amachay le dijo a ANITA que “estamos tratando de abrirles posibilidades y generar el marco para que ellos puedan mostrarle al mundo todo lo que tienen para dar. Los niños y jóvenes que se encuentran aquí tienen que tener todas las chances posibles para acceder a todos los bienes culturales, música, cine, todo lo que puedan hacer. Al igual que chicos que se encuentran en una situación más acomodada. Nuestro trabajo es mostrarles caminos y convencerlos de que ellos pueden”.
Antes de irnos recorrimos las instalaciones y saludamos a las autoridades que ya estaban en sus escritorios nuevamente. Javier, uno de los asistentes al show se había quedado con algo para compartir. Nos dijo que quedó muy conforme con la Sinfónica y felicitó a los músicos. “Ahí veo mi futuro, me gustaría aprender a tocar la guitarra, que me llamen por teléfono para que vaya a tocar a fiestas. Y hacer algunas cumbias y canciones de amor para cantarle a mi novia”, declaró decidido.
Música y diversión en la Sala Cuna
Otro día de música. La orquesta sinfónica de la provincia, brindó un día musical a los niños de la Sala cuna el día viernes por la mañana. Participaron los niños, padres y las autoridades de la respectiva institución.
La sala se convirtió en un escenario donde se divirtieron, aplaudieron y bailaron. La alegría de los pequeños fue la satisfacción para quienes trataron de brindarle un “día de reyes” inolvidable.
La orquesta integrada por Florentina Agudo, Daniela Vilardi, Claudio Luna, Juan Pablo Vázquez, Milagro Chaves Vilardi y Jorgelina Acosta utilizó distintos tipos de instrumentos donde les brindaron ritmos musicales a los 47 niños presentes en la sala.
Durante el concierto hubo aplausos y la mayoría bailó al ritmo de las melodías. Los integrantes de la orquesta se encargaron de transmitirle al público la pasión de la música y en el transcurso del concierto les explicaron las características de cada uno de los instrumentos que utilizaban.
Por su parte, la Coordinadora del equipo técnico de la Sala Cuna declaró, que el concierto musical fue una iniciativa hermosa, los niños están muy contentos y eso fortalece mucho a la misma institución y a quienes trabajan. Sinceramente, estamos agradecidos por la participación de la Orquesta musical de la provincia, nos llena de alegría ver como disfrutan los niños, y gozan del baile esto tiene mucho valor para nosotros y para ellos mismo.
Al finalizar el espectáculo, los músicos brindaron un tema más que conocido “la lambada” esto llevó a que niños y adultos se levanten de sus lugares, bailaron y saltaron de alegría.
